miércoles, 30 de julio de 2014

DÍA 30 ASCENCIÓN DEL SEÑOR

“Pero yo os digo la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, El Consolador no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré.”
Juan 16,7

INICIO
Deja en manos de Dios tus preocupaciones, El mejor que tú sabe qué hacer con ellas,… respira profundo,… si te viene alguna mas a la mente, mírala y deposítala en Sus Manos.
Relájate…, ponte delante del Señor, déjate abrazar por El y pide que tu oración esté encaminada a más amar y servir…

CONTEMPLACIÓN
Ubícate en la escena de la Ascensión, “Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.” (Hch. 1,6-11).
Este misterio tiene un acento de tristeza, pero en realidad Cristo no se va, simplemente cambia su forma de estar presente. Los ángeles los acompañan y animan,… “El volverá…”, pero al mismo tiempo los invitan a dejar de estar mirando hacia arriba y a ponerse en movimiento.  Tienen una mayor claridad de lo que hay que hacer, es preciso pasar a la actividad apostólica con la promesa de Jesús de que no los va a dejar huérfanos  “…yo estaré con ustedes hasta el fin de los tiempos”; era necesario que Jesús se fuera para que viniera el Espíritu Santo.
Hemos estado, durante este mes, orando, reflexionando, ordenando nuestros afectos,… ¡es momento de ponernos en acción! Seguramente experimentamos “luces” durante nuestra oración diaria y ahora tenemos más claridad sobre lo que el Señor nos pide. Es hora de ver con esos ojos nuevos que hemos adquirido en la experiencia de estos días, a nuestros hermanos y estamos preparados para actuar en favor de un mundo más justo y alegre. El Espíritu se queda y nos inunda,… es el principio de la comunidad cristiana.

REFLEXIÓN
¿Cuántas veces me he quedado “mirando” al cielo y esperando?, cuándo lo que se necesita son mis manos y mi trabajo… ¿Confío de verdad en que Jesús está siempre conmigo, me acompaña y anima en mi misión?, ¿A que me siento llamado cuando estoy próximo a terminar mi experiencia de los #31DíasconIgnacio?

COLOQUIO
Imagino a Jesús sentado junto a mí, esperando que le platique cuales son mis deseos más profundos. Le doy gracias por su promesa de acompañarme siempre, hasta el fin de mis días…




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