“Yo soy la resurrección y la vida. Quien cree en mí, aunque muera, vivirá;
y quien vive y cree en mí no morirá para siempre. ¿Lo crees? “
Juan 11, 25-26
INICIO
Respira profundo, disfrutando de la
respiración en el ritmo que tu cuerpo vaya pidiendo, y recupera desde esta
función vital la presencia de Dios dentro de ti.
Pedir la gracia a Dios nuestro Señor para que
“todas las intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en
servicio y alabanza de su divina majestad.” [46]
CONTEMPLACIÓN
Considerar la lectura completa de Jn 11, 1-45
y caminar junto a Jesús hacia Betania; observar la actitud hacia el amigo
muerto y hacia las hermanas de éste.
Contemplar
sus acciones, gestos, miradas. Sentir sus emociones. Escuchar sus palabras.
Gustar abiertamente de toda la escena.
Preguntar
a Jesús sobre aquello que más me llame la atención de sus expresiones. Puedes
considerar también las acciones de los demás personajes.
Detente en el signo, la actitud, la mirada,
la frase que más te llame la atención.
REFLEXIÓN
- De aquello que me llama la atención,
preguntarme: ¿qué me recuerda? ¿dónde más se ha hecho presente algo similar en
mi vida? ¿qué momentos concretos de mí historia se revelan?
- Qué me dice hoy: ¿con qué
circunstancias de mi vida actual se relaciona?, ¿qué parte de mi realidad
actual toca?
- A qué me invita: ¿qué actitudes
concretas necesito tomar? ¿qué acciones me invita a realizar?
COLOQUIO
Platica confiadamente todo lo que has
sentido, reflexionado y experimentado en esta oración con Jesús amigo. Recuerda
hacer silencios para escuchar su voz. Coméntale con que sentimiento te quedas
de esta oración y a que te sientes invitado(a). Puedes pedir lo que necesites
para llevar a cabo las acciones concretas que se te han revelado. Y agradece su
presencia de este momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario