“El mandamiento está a tu alcance: en tu corazón
y en tu boca. Cúmplelo. Hoy te pongo delante la vida y el bien, la muerte y el
mal. Elige la vida” Deuteronomio
30, 14.15.19
INICIO
Me dispongo con la intención de estar un
momento con el Señor. Durante este rato no hay otra
razón mas que el estar con el Señor, nada es más importante.
La respiración profunda ayuda a oxigenar
nuestro cerebro, estar alerta, aprender y entender mejor, de tal modo que
nuestros pensamientos, deseos y nuestra voluntad estén concentrados en este
diálogo, permitamos que el Espíritu nos guíe.
MEDITACIÓN
Orar también es “… todo modo de examinar la consciencia…” [1]; San Ignacio nos invita a la búsqueda permanente de ser cada día
mejores, en todo sentido, por eso propone el examen diario [EE.EE. 24] tanto para (a) mantenernos fieles a Él, como (b) método para reconocer e ir
desechando todo aquello que nos estorba (defecto o pecado
recurrente que nos hace sentir mal) y nos aleja de
Él.
Este ejercicio de oración, de al menos una
vez al día (preferentemente
por la noche, al terminar las actividades), te permitirá
escuchar a Dios en tu corazón y discernir la voluntad de Él en tu vida, en
todos tus pensamientos y acciones.
PASOS PARA UN EXAMEN
·
Ponte en presencia de Dios, para compartir el día con amigo muy especial,
cuéntale como te ha ido hoy: actividades, encuentros y desencuentros, estados
de ánimo, etc.
·
Agradece el día, por todo lo recibido y compartido.
¡Gracias Señor, por todo lo vivido!
·
Pide la luz del Espíritu Santo, para ver tus acciones con claridad y
entendimiento de tus limitaciones; sin juzgar, solo mirando como has respondido
a lo vivido.
·
Revisa el día, en su contexto y tiempo, en
tus acciones y reacciones, en los detalles, en lo positivo y negativo: ¿estaba
Dios allí? ¿a qué me invitó Jesús? ¿hubo muestras de amor? ¿en qué sentiste que
no estabas bien? ¿en qué y cómo te acercaste/alejaste de Dios? ¿qué / cómo te sentiste?
·
¿Cuál ha sido respuesta ante lo vivido? Pide por tus faltas y omisiones; pide
perdón a quienes ofendiste y perdona a quien te lastimó. Me doy a mi mismo el perdón
que Jesús me regala. Sueño junto con Jesús, como quiero ser y actuar mañana. Renuevo
mi amistad y deseo de amar y servir. “Señor, tú lo sabes
todo, tú sabes que te amo”.
COLOQUIO
Señor, Te doy gracias por permitirme estar contigo,
disfrutar este momento. Te pido la gracia de permanecer siempre fiel a
tí, fiel al deseo de ser mejor día a día, pondré todo lo que está de mi parte
sabiendo que todo depende de tí. Amén.
(descargar oración día 07)
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