sábado, 31 de agosto de 2013

Cuando alguien te invite a un banquete de bodas (...)

Domingo Ordinario XXII – Ciclo C (Lucas 14, 1.7-14) 1 de septiembre de 2013

Le oí a alguien esta historia, que nos puede servir hoy de contexto: 

“Caminaba con mi padre cuando él se detuvo en una curva; después de un pequeño silencio me preguntó: Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más? Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí: Escucho el ruido de una carreta. Eso es –dijo mi padre–. Es una carreta vacía. Pregunté a mi padre: ¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aún no la vemos? Entonces mi padre respondió: Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido. Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace. Me convertí en adulto y hasta hoy cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna o violenta, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y haciendo de menos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo: "Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace". La humildad consiste en callar nuestras propias virtudes para permitir que los demás las descubran por sí mismos.

Jesús fue a comer muchas veces con gente importante; Él no era un mojigato que se pasaba la vida metido entre cuatro paredes por miedo a contaminarse con el mundo que lo rodeaba. Vino a anunciarle a ese mundo una Buena Noticia y no podía hacerlo encerrado en cuatro paredes. Estando en casa de un jefe fariseo, otros fariseos lo estaban espiando para tener de qué acusarlo. Jesús, al ver “cómo los invitados escogían los asientos de honor en la mesa, les dio este consejo: ‘–Cuando alguien te invite a un banquete de bodas, no te sientes en el lugar principal, pues puede llegar otro invitado más importante que tú; y el que los invitó a los dos puede venir a decirte: ‘Dale tu lugar a este otro’. Entonces tendrás que ir con vergüenza a ocupar el último asiento. Al contrario, cuando te inviten, siéntate en el último lugar, para que cuando venga el que te invitó te diga: ‘Amigo, pásate a un lugar de más honor’. Así recibirás honores delante de los que están sentados contigo a la mesa. Porque el que a sí mismo se engrandece, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido”.

Además de esta enseñanza tan útil y concreta para nuestra vida, el Señor añadió otra para el que lo había invitado ese día: “–Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; porque ellos, a su vez, te invitarán, y así quedarás ya recompensado. Al contrario, cuando tú des un banquete, invita a los pobres, los inválidos, los cojos y los ciegos; y serás feliz. Pues ellos no te pueden pagar, pero tú tendrás tu recompensa el día en que los justos resuciten”.

En un retiro al que asistí con Jean Vanier, en Oporto, al norte de Portugal, le escuché decir que alguna vez había leído este texto con un grupo de empresarios del Primer mundo. La reacción que produjo fue de protesta y descontento. Pero también contó que había leído este texto con un grupo de menesterosos de un país pobre. La reacción fue de alegría y júbilo. Los pordioseros saltaban y gritaban de alegría por lo que estaban escuchando. Para ellos esta era una Buena Noticia, mientras que para los primeros era mala
¿Qué tal nos caen a nosotros estas palabras de Jesús? ¿Alegran nuestro corazón, o lo llenan de incertidumbre y molestia? Cada uno puede evaluar la sintonía que siente con las palabras del Señor, para reconocer la llamada del día de hoy. 

Recuerden que existen personas tan pobres que lo único que tienen es dinero. Nadie está mas vacío que aquel que está lleno de sí mismo. Preguntémonos si nuestra carreta hace mucho ruido, o si va cargada de valores y buenas obras para enriquecernos con una riqueza que sólo se podrá apreciar el día en que los justos resuciten.


Un saludo cordial.

Hermann Rodríguez Osorio, S.J.
Decano Académico
Facultad de Teología
Pontificia Universidad Javeriana

domingo, 25 de agosto de 2013

LA FRASE DE LA SEMANA

AQUÍ ESTA LA FRASE CORRESPONDIENTE AL EVANGELIO DE HOY PARA REFLEXIONAR TODA LA SEMANA:
PARA VER EL EVANGELIO COMPLETO CLIC AQUÍ: Lc. 13, 22-30
SALUDOS

Procuren entrar por la puerta angosta

Domingo Ordinario XXI – Ciclo C (Lucas 13, 22-30) 25 de agosto de 2013

Procuren entrar por la puerta angosta”


“Ancha es la puerta
-        de los centros comerciales para adictos refinados;
-        de los hoteles de lujo para le élite del negocio y del poder;
-        de los que acuden a lavar los dólares del narcotráfico;
-        de los sepulcros vacíos que cultivan fachadas y apariencias.

Estrecha es la puerta
-        de los que sirven en las residencias millonarias;
-        de los calabozos que reprimen a los justos;
-        de los ranchos construidos con material de desperdicio;
-        de las decisiones solidarias con los oprimidos.

Ancho es el camino
-        de los latifundios que se pierden en el horizonte baldío;
-        de las autopistas hacia las playas exclusivas;
-        de la corrupción que se pasea en carros de lujo;
-        de las multitudes domesticadas por la costumbre.

Estrecho es el camino
-        de los que hunden la pala en los cimientos de los grandes edificios;
-        de los callejones en los barrios marginados;
-        de la nueva justicia abierta en medio de la selva legal;
-        del futuro del Reino que no es noticia en ningún periódico.

Ancho es el camino
-        que lleva a los sumos sacerdotes al templo de Jerusalén;
-        de la casa de Herodes construida con impuestos populares;
-        del palacio imperial de Pilato;
-        de las aclamaciones de las multitudes ahítas de pan.

Estrecho es el camino
-        que va de Belén a la cueva de los pastores;
-        que sigue Jesús hacia los poblados perdidos de Galilea;
-        que sube hasta el monte de la Transfiguración;
-        de la callejuela que atraviesa Jerusalén y llega hasta el Calvario;
-        de la decisión que conduce hasta Getsemaní en medio de la noche”.

Amplia es la calle que lleva a la perdición.
Qué estrecho es el callejón que lleva a la vida”

Nos viene muy bien recordar esta poesía de Benjamín González Buelta, S.J., cuando la liturgia nos propone el texto evangélico de Lucas en el que Jesús le recomienda a sus discípulos: “Procuren entrar por la puerta angosta; porque les digo que muchos querrán entrar y no podrán”. Es muy fácil que nos sintamos atraídos por las puertas y los caminos anchos que nos ofrece la sociedad de consumo. Es muy fácil que nos olvidemos que el callejón que lleva a la vida es estrecho y supone sacrificios. Cada quién tiene que revisar su vida y reconocer por dónde pasan estos caminos estrechos del seguimiento del Señor en nuestra propia historia.


Un saludo cordial.

Hermann Rodríguez Osorio, S.J.
Decano Académico
Facultad de Teología
Pontificia Universidad Javeriana - Bogotá.

viernes, 23 de agosto de 2013

El viento / RUAH

EL VIENTO, LA RUAH ... el ESPÍRITU


domingo, 18 de agosto de 2013

LA FRASE DE LA SEMANA

AQUÍ ESTÁ LA FRASE CORRESPONDIENTE AL EVANGELIO DE HOY PARA REFLEXIONAR TODA LA SEMANA


PARA VER EL EVANGELIO COMPLETO CLIC AQUÍ: Lc, 12, 49- 53
SALUDOS

domingo, 11 de agosto de 2013

LA FRASE DE LA SEMANA

AQUÍ ESTA LA FRASE CORRESPONDIENTE AL EVANGELIO DE HOY PARA REFLEXIONAR TODA LA SEMANA
PARA VER EL EVANGELIO COMPLETO CLIC AQUÍ: Lc. 12,32-48
SALUDOS

domingo, 4 de agosto de 2013

LA FRASE DE LA SEMANA

AQUÍ ESTA LA FRASE CORRESPONDIENTE AL EVANAGELIO DE HOY PARA REFLEXIONAR TODA LA SEMANA
PARA VER EL EVANGELIO COMPLETO CLIC AQUÍ: Lc. 12, 13-21
SALUDOS