domingo, 21 de agosto de 2016

“Procuren entrar por la puerta angosta”

Domingo XXI del Tiempo Ordinario – Ciclo C (Lucas 13, 22-30) –21 de agosto de 2016



Ancha es la puerta
    de los centros comerciales para adictos refinados;
          de los hoteles de lujo para le élite del negocio y del poder;
          de los que acuden a lavar los dólares del narcotráfico;
          de los sepulcros vacíos que cultivan fachadas y apariencias.

Estrecha es la puerta
          de los que sirven en las residencias millonarias;
          de los calabozos que reprimen a los justos;
          de los ranchos construidos con material de desperdicio;
          de las decisiones solidarias con los oprimidos.

Ancho es el camino
          de los latifundios que se pierden en el horizonte baldío;
          de las autopistas hacia las playas exclusivas;
          de la corrupción que se pasea en carros de lujo;
          de las multitudes domesticadas por la costumbre.

Estrecho es el camino
          de los que hunden la pala en los cimientos de los grandes edificios;
          de los callejones en los barrios marginados;
          de la nueva justicia abierta en medio de la selva legal;
          del futuro del Reino que no es noticia en ningún periódico.

Ancho es el camino
          que lleva a los sumos sacerdotes al templo de Jerusalén;
          de la casa de Herodes construida con impuestos populares;
          del palacio imperial de Pilato;
          de las aclamaciones de las multitudes ahítas de pan.

Estrecho es el camino
          que va de Belén a la cueva de los pastores;
          que sigue Jesús hacia los poblados perdidos de Galilea;
          que sube hasta el monte de la Transfiguración;
          de la callejuela que atraviesa Jerusalén y llega hasta el Calvario;
          de la decisión que conduce hasta Getsemaní en medio de la noche”.

Amplia es la calle que lleva a la perdición.
Qué estrecho es el callejón que lleva a la vida

Nos viene muy bien recordar esta poesía de Benjamín González Buelta, S.J., cuando la liturgia nos propone el texto evangélico de Lucas en el que Jesús le recomienda a sus discípulos: “Procuren entrar por la puerta angosta; porque les digo que muchos querrán entrar y no podrán”. Es muy fácil que nos sintamos atraídos por las puertas y los caminos anchos que nos ofrece la sociedad de consumo. Es muy fácil que nos olvidemos que el callejón que lleva a la vida es estrecho y supone sacrificios. Cada quién tiene que revisar su vida y reconocer por dónde pasan estos caminos estrechos del seguimiento del Señor en nuestra propia historia.

Saludo cordial.


Hermann Rodríguez Osorio, S.J.

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