Para reflexionar:
El
sufrimiento de las personas precisa la misión
La
misión cristiana tiene sus raíces en la misión de Jesús y no puede hacerse de
cualquier modo. Es indispensable, de acuerdo al evangelio de hoy, tomar en
cuenta, en primer lugar, que la misión es de Dios; los discípulos son solamente
humildes colaboradores (cfr. Mt 28, 16-20). Con razón, Mateo presenta
primeramente la misión de Jesús (9, 35) y, sólo después, el llamado y el envió
de los discípulos (10, 1ss). Esta relación estrecha entre la misión de Jesús y
la de los discípulos, hace que ellos sean solamente colaboradores y
continuadores.
En
segundo lugar, los interlocutores tienen un rostro concreto (v. 36): son una muchedumbre
"cansada y abatida". lo que hace alusión a que la gente está como
"hostigada", "perseguida sin descanso". Además, es una
multitud que padece abatimiento, es decir, ha sido "maltratada",
"humillada".
Con
razón, en tercer lugar, Mateo menciona que es precisamente de esta gente de la
que Jesús se compadece, y que nosotros debemos tener esa actitud.
Para
este tipo de misión no sirve, por último, cualquier tipo de discípulo y de
enviado; de ahi la necesidad de pedir, al dueño de la mies, que envié obreros
para este tipo de personas.
Siempre
oración por la misión y por el aumento de vocaciones; sin embargo, olvidamos
que la misión es una gracia que también tenemos que merecer.
Debemos
crecer en conciencia de que su razón principal -y casi única- es el sufrimiento
de tanta gente, que, como dice el Papa Francisco, son gente des carta que, por
tanto sufrimiento y miseria, ha perdido toda esperanza. Estas personas exigen
un nuevo y mejor tipo de evangelizador, con las actitudes de Jesús.
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