Reflexiones
sobre el Evangelio Domingo XIV del Tiempo Ordinario - Ciclo C
Lectura del santo evangelio según san
Lucas (10,1-12.17-20):
José
Antonio Pagola
Leer reflexión…(seabre en otra ventana).
EL REINO ES VIDA, QUE SOLO PUEDE SURGIR DE LA VIDA
Solo Lc narra este episodio. En el c. 9, ya
había narrado el envío de los 12. No es verosímil que este relato sea
histórico. Quiere acentuar el carácter universal de la predicación, pero Mt
dice expresamente que no entren en tierra de paganos ni vayan a ciudades de
Samaria. 70 era el número de las naciones gentiles, según Génesis. Para los
demás evangelistas, el límite de la gentilidad estaba en la frontera de
Galilea; para Lc se encuentra en la misma Samaria.
El domingo pasado se hablaba del fracaso de
los discípulos en su intento de preparar el camino a Jesús en su subida a
Jerusalén. Probablemente, Lc quiere poner este envío de “otros setenta y dos”
para dejar un buen sabor de boca. Estos vuelven “muy contentos” de sus
correrías y tienen mejor acogida que los discípulos. “De dos en dos”, porque
para los judíos la opinión de uno solo no tenía ningún valor en un juicio, y
los misioneros son, sobre todo, testigos. También, porque el mensaje debe ser
proclamado siempre por la comunidad.
No penséis que se trata de enviar a un número
de especialistas en comunicación. No se trata de enviar a unos cuantos
escogidos. Ni siquiera dice que fueran discípulos. Presupone que todo cristiano
por el hecho de serlo, tiene la misión de proclamar la buena noticia que él
vive. El modo de esa predicación puede ser diferente, pero la base, el
fundamento de toda predicación, es la vida misma del cada cristiano. Vivir como
cristianos es la mejor predicación y la que convence. En cada instante estamos
predicando, para bien o para mal.
No es fácil delimitar lo estrictamente
histórico de este relato. Además de que solo Lc lo narra, exigiría un grado de
organización que no se percibe en el grupo de los que han seguido a Jesús. El
simbolismo del número 12 y 70 nos invita a pensar que son relatos elaborados
por la comunidad, más tarde. Por otra parte, para predicar El Reino, se
necesita haberlo comprendido y experimentado. Los evangelios se encargan de
manifestar que antes de la experiencia pascual ni los doce se habían enterado
de nada.
Las recomendaciones de Jesús son la clave de
todo anuncio del mensaje cristiano. Están puestas en boca de Jesús, pero son
las condiciones mínimas que debía tener todo cristiano para llevar la Buena
Noticia a los demás. En ningún caso se habla de doctrina que tienen que enseñar
o de normas morales que deben exigir. Se trata de comunicar lo que Dios es,
para todos, sin condiciones ni excepciones. Esa tarea la cumplió la primera
comunidad en todas partes. Es la tarea que tiene que llevar a cabo todo
cristiano en cualquier tiempo y lugar.
“Poneos en camino”. La
itinerancia es la clase de vida que eligió Jesús cuando se decidió a proclamar
su buena noticia. El domingo pasado nos decía que no tenía donde reclinar la
cabeza. Este desapego de toda clase de seguridades es la actitud básica y
fundamental que debe adoptar todo enviado. El anuncio no se puede hacer
sentado. Seguir a Jesús exige una dinámica continuada. Nada se puede comunicar
desde una cómoda instalación personal. La disponibilidad y la movilidad son
exigencias básicas del mensaje de Jesús.
“Os mando como ovejas
en medio de lobos”. Cuando se escribieron los evangelios,
las primeras comunidades cristianas estaban viviendo la oposición, tanto del
mundo judío como del pagano. Denunciar la opresión, o poder despótico, no puede
agradar a los que viven desde esa perspectiva, y sacan provecho de ella a costa
de los demás. Por desgracia, cuando el cristianismo adquirió poder, se comportó
como lobo en medio de corderos. El provecho personal, o el de la institución,
no es buena noticia para nadie.
“Ni talega ni alforja
ni sandalias”. La pobreza material es solo signo del
abandono de toda seguridad. Significa no confiar en los medios externos para
llevar a cabo la misión. No debemos hacer de la predicación un logro humano. Se
trata de confiar solo en Dios y el mensaje. No buscar seguridades de ningún
tipo, ni en el dinero, ni en el poder, ni en el prestigio, ni en los medios.
Tenemos la obligación de utilizar al máximo los medios que la técnica nos
proporciona, pero no debemos poner nuestra confianza en ellos.
“No os detengáis a
saludar a nadie por el camino”. No se trata de negar el saludo a los que
se encuentren en el camino. “Saludar” tenía para ellos, un significado muy
distinto al que tiene para nosotros. El saludo llevaba consigo un largo
ceremonial que podía durar horas o días. Esta recomendación quiere destacar la
urgencia de la tarea a realizar. Seguramente está haciendo referencia a la
inmediata llegada del fin de los tiempos, en que las primeras comunidades
cristianas creyeron a pies juntillas.
“Decid primero: ¡Paz! Para entender esta
recomendación hay que tener en cuenta el sentido de la “paz” para los judíos de
aquel tiempo. “Shalom” no significaba solo ausencia de problemas y conflictos,
sino la abundancia de medios para que un ser humano pudiera conseguir su
plenitud humana. Llevar la paz es proporcionar esos medios que hacen al hombre
sentirse a gusto e invitado a humanizar su entorno. Significa no ser causa de
tensiones ni externas ni internas. Sería ayudar a los hombres a ser más
humanos.
“Comed y bebed de lo
que tengan”. Esta es de las más difíciles. Ponerse al nivel del otro. Aceptar
sus costumbres, su cultura, su idiosincrasia... Se trata de estar disponible
para todos, sin esperar nada a cambio, pero aceptando con humildad lo que den;
siempre que sea lo indispensable. ¡Qué difícil es no imponer lo nuestro! Muchos
intentos de evangelizar han fracasado por no tener esto en cuenta. Lo más
difícil es aceptar la dependencia de los demás en las necesidades básicas: no
poder elegir ni lo que comes ni con quien comes.
Curad. No se
refiere solo a las enfermedades físicas. De hecho los 70 solo hacen alusión a
que los demonios se les sometían. Seguimos dando demasiada importancia a la
salud corporal, sin enterarnos de que con una grave enfermedad puede un ser humano
alcanzar su plenitud. Curar significa alejar de un ser humano todo aquello que
le impide ser él. Hoy las enfermedades físicas están cubiertas por la medicina.
Pero ¿qué pasa con las enfermedades psíquicas y mentales, que arruinan la
existencia de tantas personas?
“El reino, que es
Dios, está cerca”. Nada de peroratas teológicas, ni
discursitos apologéticos, ni propagandas ideológicas. Lo único que un ser
humano debe saber es que Dios le ama. Predicar el reino, que es Dios, es hacer
ver a cada ser humano que Dios es algo cercano, que es lo más hondo de su
propio ser, que no tiene que ir a buscarlo a ningún sitio raro, ni al templo ni
a las religiones ni a las doctrinas ni a los ritos ni al cumplimiento de la
norma. Dios es (está) en ti. Descúbrelo y lo tendrás todo...
Sin estas condiciones, la predicación se hace
inútil. No es nada fácil salir de la dinámica de la propaganda, del
proselitismo a toda costa, buscando más el potenciar la institución que el
servicio de las personas. El que va a proclamar el Reino de Dios tiene que
manifestar que pertenece a ese Reino. Tiene que responder a las necesidades del
otro. Tiene que estar dispuesto al servicio en todo momento. No debe exigir
absolutamente nada, ni siquiera la adhesión. Tiene que limitarse a hacer una oferta.
Meditación
¿Cuál es tu
preocupación primera?
¿Es la comida, el vestido, la salud, la casa, el prestigio?
De esas necesidades básicas tienes obligación de ocuparte,
siempre que la prioridad sea el desplegar tu humanidad.
Escucha, sobre todo, tu ser profundo;
lo que él te pida, te llevará a plenitud y felicidad.
¿Es la comida, el vestido, la salud, la casa, el prestigio?
De esas necesidades básicas tienes obligación de ocuparte,
siempre que la prioridad sea el desplegar tu humanidad.
Escucha, sobre todo, tu ser profundo;
lo que él te pida, te llevará a plenitud y felicidad.
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