jueves, 22 de abril de 2010

La Iglesia Católica necesita una revaloración.

La humanidad está perdiendo la espiritualidad, pues se encuentra “en un momento en que las fuerzas de propaganda, tanto económica, como política, están funcionando a base de un interior muy perdido”, manipulable y sin solidez, dijo el líder mundial de los jesuitas, el padre Adolfo Nicolás Pachón, esta tarde en su visita a Jalisco.
Por ello, dijo, es importante hacer una valoración real de lo que está pasando en el mundo y darse cuenta de que “otro mundo es posible”. Enseguida añadió: “Lo que hoy parece que se exige a la humanidad es estudiar a fondo las alternativas, ¿qué alternativas tenemos?, y esas alternativas ¿en qué están fundadas?, ¿y qué pasos hay que dar para que esa realidad sea una realidad?”.
Mencionó que “en términos de época estamos verdaderamente cambiando, en términos de valores, en términos de relaciones y también en términos de instituciones, sistemas; el cambio que se está dando es radical y cuestiona la misma metodología que usamos nosotros para enfrentarnos con los problemas”, dijo el superior general de la Compañía de Jesús, durante su conferencia en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO).
Reconoció que también la Iglesia Católica necesita una revaloración, pues está perdiendo su misión como profeta, ya que existe en los feligreses “un desencanto enorme por unas formas institucionales que nos han desengañado, a veces vacías, de vivir la religiosidad. Nuestras iglesias se están vaciando porque muchos van a la iglesia y no encuentran el eco afectivo, el eco profundo de su vida, de sus problemas, de sus preguntas”, y por lo tanto no se sienten cerca de Dios.
“Otra iglesia es posible”, afirmó el general de la orden religiosa católica, “y es esa alternativa la que se está buscando: una manera de vivir más humanamente, una manera de vivir con menos injusticia, con menos exclusión, proponiendo alternativas”.
Renovando la vocación de profetas que les ha sido encomendada a los jesuitas, “hoy día creo que hay una demanda por un profetismo que nos involucre a todos; todos queremos ser parte de este cambio, no queremos que una persona dicte otra vez, como han dictado en el pasado tantos que, o han fracasado, o nos han dado gato por liebre”.
Pero sobre todo, dijo el jesuita, es importante realizar ese cambio de la mano de Dios, puesto que “hemos presenciado revoluciones que han terminado mal, hemos vistos revoluciones que se han convertido en más despóticas que el despotismo que estaban criticando al principio” y que, al final, han cedido a los intereses de las personas y los defectos.
Lo que demuestra que la espiritualidad no la proporciona una iglesia, “la da Dios” y el reto es “encontrarse con Dios de una manera nueva también y de una manera que sea real”.
Pues, al verse decepcionados por la iglesia, muchas personas buscan la espiritualidad en otras cosas, como los libros de auto superación o la tecnología, y cada vez las personas no saben cómo relacionarse con otros seres humanos.
Pachón preside la orden religiosa católica más numerosa del mundo. Actualmente tiene 18,815 integrantes, y es responsable de la educación de más de tres millones de estudiantes matriculados en 70 países en sus colegios y universidades. Su visita se enmarca en el recorrido que hace para conocer el trabajo de la Compañía de Jesús en Latinoamérica, y participar en el Encuentro Mundial de Universidades y centros educativos jesuitas que se celebrará del 22 al 24 de abril en la Universidad Iberoamericana, en la Ciudad de México.
En su conferencia, el superior general de los jesuitas hizo referencia al problema que enfrenta América Latina después de la crisis económica que le azotó, pues, “aunque se solucione el problema económico, queda una inseguridad después de la crisis”, así como la desigualdad y la desinformación.
Pachón dijo que hablar de política no le compete a los jesuitas, “pero lo que se me ocurrió cuando me preguntaron que si las raíces de la democracia están en el cristianismo o no, mi respuesta honesta fue que no sé, no sé si las raíces de la democracia son cristianas, o sí están en otro proceso”.
Lo que sí sé, agregó, “es que si democracia es información objetiva, si democracia es permitir que las personas entiendan la realidad mejor, si democracia es permitir a las personas hacer su juicio sin ser manipulados, entonces el cristianismo está totalmente a favor de la democracia, es una información abierta y un juicio sereno, y por lo tanto que se pueda actuar en justicia y en verdad, entonces la iglesia estará siempre a favor de eso”.
Y concluyó que para “vivir religiosamente hay que pasar de la idea al ejercicio”, y en vez de pensar “cómo sería Dios”, hacer un ejercicio espiritual “que me ponga en contacto con él”, “pasar de mirar la sociedad de lejos, a encontrarme con los pobres, con la experiencia de sufrimiento, de justicia, de búsqueda de las personas de hoy; eso es lo que quiere san Ignacio, y por eso quiere ejercicios”.

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