viernes, 9 de septiembre de 2016

Cápsula 11 Noviazgo y compromiso


Punto: 
Noviazgo y compromiso desde la perspectiva de la familia.

Frase:
Ver el matrimonio no como el final del camino, sino como inicio de una vocación que los lanza a vivir juntos, a avanzar.

Contexto:
"La compleja realidad social y los desafíos a los que la familia está llamada a afrontar hoy, requieren un compromiso mayor por parte de toda la comunidad cristiana en una preparación más consciente de los prometidos al matrimonio…"; puesto que en la actualidad éstos han demostrado tener una alta preocupación por hacer el mejor banquete y dejar, ya no la mejor impresión, sino impresionados a los asistentes con un derroche exagerado de recursos; sin hacer una reflexión de lo que el banquete significa, de lo que la fiesta significa, de lo que el matrimonio significa.
   Vemos como las redes sociales se han convertido en un escaparate a través del cual demostrar los “logros” a la sociedad, sin contenido verdadero, sin un sentido, sin una dirección.
   Los jóvenes han hecho de su vida un eterno “check list (lista de cosas por hacer)” dónde el objetivo es “hacerlo”, pero jamás estar; el matrimonio en esa lista ha sido devaluado al grado de ser un álbum fotográfico en una red social peleando por el mayor número de “likes” posibles; dejándolo en un “done (hecho)” cuando realmente es un comienzo.
 En la actualidad y según estadísticas del INEGI, hemos observado que hay un aumento continuo de divorcios en el país, lo cual nos da una idea de la problemática que prevalece en los compromisos matrimoniales.

Experiencia:
Cada vez son más las parejas que corren cada uno su propia “carrera”, llevando en mente realizar sus sueños, en vez de que sea un sueño conjunto el que los mueva, la sociedad promueve una especie de “autorealización” que no deja lugar a la reflexión de lo que esto significa, hoy en día es un concepto generalizado que nadie se atreve a refutar por miedo a la no aceptación.
Los corazones hoy en día no se unen de la manera que el Padre nos creó, como compañeros; se unen en una lucha de poder, sin un fin específico. Esto ha derivado en que los matrimonios duren menos, pues los cónyuges se vuelven un lastre el uno para el otro en su camino a la “autorealización”, y no se diga con los hijos, que vienen a ser en muchos casos el detonador definitivo de la separación, o en el mejor de los casos, pasar a ser hijos de sus abuelos para que sus padres puedan continuar con sus vidas y cumplir “sus sueños”; sueños impuestos por la sociedad consumista, del desecho.

Reflexión:
Todo esto causa que en estos tiempos el matrimonio sea denigrado y cada vez más hasta rechazado por las parejas que se forman recientemente, teniendo una idea de que el matrimonio es algo malo. El sentimiento de que casarse es perder la “libertad”, crece entre los jóvenes que piensan que libertad es tener y lograr todo lo que se ve en televisión, tener y hacer todo sin medida, sin tomar en cuenta de que el hombre fue creado por Dios para el amor, en todas sus posibilidades y que toda decisión incluye sacrificios y alegrías.
Los afectados somos todos, pues los jóvenes empiezan sus frustraciones a temprana edad debido a la presión de cumplir con el check list impuesto. Los adultos sin poder entender lo que sucede con las nuevas generaciones son desechados y marginados como inservibles y los niños utilizados como monedas de cambio en las luchas de poder de sus padres.
Esto nos lleva a sentir una mayor necesidad de dar más formación a los jóvenes a cerca del método ignaciano, tal como el discernimiento y el examen diario, para que tengan herramientas que les ayuden a poner en la balanza las cosas del mundo y las que nuestro Padre nos da. En la comunidad cristiana y en concreto en la unión matrimonial, se nos exhorta a tener una mayor responsabilidad al tratar el tema con las personas que nos rodean, darle su lugar de importancia y compartir las experiencias buenas no sólo las malas, y tener siempre en mente que el matrimonio debe ser una decisión responsable, más que una carrera universitaria, más que un trabajo, más que un lugar donde vivir; pues será un estilo de vida que partirá del día de la boda en adelante.
Lo novedoso que plantea el Papa Francisco en su exhortación es la manera en cómo nos hace ver nuestra responsabilidad como comunidad, como cuerpo de la iglesia, en la formación y preparación de nuestros jóvenes en su noviazgo y compromiso rumbo al matrimonio; no los deja solos en su asunto, sino que nos invita a acompañarlos y ver que esto es también beneficioso para toda la comunidad ya que al final ellos también son parte de la misma.
Emmanuel Sicre S.J. comenta en su artículo “La familia que Dios quiere” <<… el evangelio es muy claro y muestra que la familia es el punto de partida para asumir las responsabilidades para con el mundo, trabajando por la justicia, la paz y el bien común.>> Hacerles ver a los prometidos que su unión va más allá de un deseo carnal, sino que en sí el matrimonio es un sueño común donde se prepara la semilla para los nuevos árboles que de ellos nacerán, y así contribuir a nuestra gran familia humana.

Acción:
La exhortación nos invita a acompañar a los prometidos, en pareja y de manera individual. Este acompañamiento puede ser por medio de pláticas o con hacerles de su conocimiento las herramientas ignacianas, y aunado a esto, alguna especie de directorio de especialistas en ayuda profesional y espiritual.

Evaluación:
  Después de la lectura de esta exhortación, es imposible ignorar nuestra responsabilidad como comunidad y como individuos a cerca de esta problemática y la manera de afrontarla; ya que no podemos dejar de lado el mensaje del amor de nuestro Padre, traido a nosotros por Jesús. Como cristianos, debemos proclamar también la dicha del reino, más allá de nuestra propia familia hacia los que nos rodean.

Bibliografía, referencias/ fuentes.

Amoris Laetetia, Guiar a los prometidos en el camino de la preparación al matrimonio, del capítulo 6to.- Algunas perspectivas pastorales.



2 comentarios:

  1. Me encantó la idea de sembrar en los prometidos de que la familia es el punto de partida para asumir las responsabilidades para con el mundo, trabajando por la justicia, la paz y el bien común.>>

    Y que más que un deseo carnal o un Fin, es el principio de un sueño en común en donde se prepara la semilla para nuevos árboles que de ellos nacerán!!.. cómo nos falta hoy en día los valores, sin valores no podemos formar una familia, y eso comienza por el matrimonio..

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  2. La lectura de esta cápsula me hace cuestionarme la imagen que tengo de la familia. Si pienso en sentido histórico la familia ha sido clan, grupo, extendida, nuclear y de muchas otras formas mas. ¿Será que estemos viviendo el momento de replantear de que familia hablamos hoy? En México, en el pasado reciente, los abuelos, tíos, primos, pareja,hijos y hasta compadres y tios "de cariño" formaban la familia. ¿Será que al adopter el modelo de familia nuclear nos fuimos empequeñeciendo tanto que ahora somos familias "unipersonales" que en momentos estamos unidos a otra familia unipersonl y en momentos decidimos ser otra vez solo "yo"? ¿Será tiempo replantear volver a ser comunidad? Y parafraseando a Sicre " Construir comunidades donde todos contribuyamos a asumir las responsabilidades para con el mundo, trabajando por la justicia, la paz y el bien común?

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