sábado, 13 de junio de 2020

XI Domingo del Tiempo Ordinario



Para reflexionar: 
El sufrimiento de las personas precisa la misión

La misión cristiana tiene sus raíces en la misión de Jesús y no puede hacerse de cualquier modo. Es indispensable, de acuerdo al evangelio de hoy, tomar en cuenta, en primer lugar, que la misión es de Dios; los discípulos son solamente humildes colaboradores (cfr. Mt 28, 16-20). Con razón, Mateo presenta primeramente la misión de Jesús (9, 35) y, sólo después, el llamado y el envió de los discípulos (10, 1ss). Esta relación estrecha entre la misión de Jesús y la de los discípulos, hace que ellos sean solamente colaboradores y continuadores.

En segundo lugar, los interlocutores tienen un rostro concreto (v. 36): son una muchedumbre "cansada y abatida". lo que hace alusión a que la gente está como "hostigada", "perseguida sin descanso". Además, es una multitud que padece abatimiento, es decir, ha sido "maltratada", "humillada".

Con razón, en tercer lugar, Mateo menciona que es precisamente de esta gente de la que Jesús se compadece, y que nosotros debemos tener esa actitud.

Para este tipo de misión no sirve, por último, cualquier tipo de discípulo y de enviado; de ahi la necesidad de pedir, al dueño de la mies, que envié obreros para este tipo de personas.

Siempre oración por la misión y por el aumento de vocaciones; sin embargo, olvidamos que la misión es una gracia que también tenemos que merecer.

Debemos crecer en conciencia de que su razón principal -y casi única- es el sufrimiento de tanta gente, que, como dice el Papa Francisco, son gente des carta que, por tanto sufrimiento y miseria, ha perdido toda esperanza. Estas personas exigen un nuevo y mejor tipo de evangelizador, con las actitudes de Jesús.


No hay comentarios:

Publicar un comentario