viernes, 29 de julio de 2016

Cápsula 05 El amor en el matrimonio









Tema
El amor en el matrimonio

Frase:
El Amor puede ir más allá de la justicia y desbordarse gratis, “sin esperar nada a cambio” a, hasta llegar al amor más grande, que es “dar la vida por los demás” b.[1]

Contexto:
La relación de pareja entre hombre y mujer y el matrimonio que en ella se funda están atravesando un periodo de transformación e, inevitablemente de crisis. Y las heridas y los sufrimientos que produce esta crisis no son pocos ni pequeños.  La sabiduría que la experiencia cristiana obtiene de la Escritura y de su historia bi-milenaria puede y debe ser puesta a disposición de quienes no se resignan a sufrir pasivamente. Pero no bajo la forma de un moralismo gruñón y amenazador, sino compartiendo un don de sabiduría que justamente puede hacer que se eviten sufrimientos inútiles y puede abrir las puertas a alegrías más profundas y sólidas. [2]

La relación de pareja suscita dos interrogantes molestos. El primero se refiere a la persona, y el segundo al proyecto. Tanto en el hombre como la mujer existe el miedo de que la relación de pareja la cambie o la limite, pareciera que se deberían sacrificar en alguno de sus compromisos individuales o en alguna de sus potencialidades originales para convivir con la otra persona. Se tiene la impresión de que los dos sujetos, al casarse, tienen que limitarse para que la pareja pueda vivir. La libertad parece comprometida por la relación conyugal. En relación con el proyecto de vida se hacen éstas preguntas: ¿Puede una persona casarse y seguir pensando en su proyecto de vida? ¿No tendrá que redimensionarlo en contacto con el proyecto del  otro? O, mejor aún, ¿no tendrán que ceder dos proyectos individuales para que nazca un proyecto de pareja? [3]

Experiencia:
La pareja se compromete y llega al matrimonio “idealizando” al otro, al paso del tiempo cuando afloran las primeras diferencias y se dan cuenta que ese “ideal” no es tal, surgen las dificultades. Se exige de la pareja lo que se esperaba de ella y no se acepta como es en realidad, con sus defectos y limitaciones. Hay reproches, críticas y con ello un alejamiento cada vez mayor. La falta de un diálogo  fecundo en el que pudiera haber acuerdos para ayudarse a crecer y en el que se “reconozcan y admiren” como son en realidad, va haciendo que cada vez haya una distancia mayor entre ellos hasta que se convierten en unos completos “desconocidos”, que no se dieron cuenta cuando su proyecto de “amarse  y respetarse hasta que la muerte los separe”, se terminó.

Reflexión:
El amor y el matrimonio son una gran realidad humana y cristiana. En Cristo, la pareja humana establece una relación fundamental con el Padre.
La vida conyugal es un gran quehacer: “construir el amor”. Dios en ello toma parte pero no hace nada sin el consentimiento de los esposos y su esfuerzo continuado.
El amor se realiza en la vida de los esposos en la misma medida en que cada uno renuncia a su egoísmo y se entrega al amor del otro. Por eso amar es conocer, preferir al otro, tomarlo a su cargo y darle cuanto cada uno tiene.
Sin embargo, el esfuerzo por captar la presencia del otro debe durar toda la vida. Si un hombre cree haber comprendido del todo a su mujer (o viceversa) está equivocado. Nunca terminará de descubrir cuanta riqueza ha puesto Dios en el otro ni lo que va haciendo en él día a día.
La costumbre de vivir juntos, la monotonía de los días y sobre todo el egoísmo, que hace que uno se repliegue sobre sí mismo y no se abra, impiden descubrir los valores y las riquezas del otro. [2]
La ayuda mutua no es solamente un servicio aislado que de vez en cuando se hace, es sobre todo la disponibilidad puesta al servicio del otro. El amor es oblativo. El que ama está siempre al servicio del ser amado. “Jesús estaba con los apóstoles como El que sirve”.
Disponibilidad para escuchar al otro cuando necesite expresarse, disponibilidad para agradar al otro, disponibilidad para tener en consideración los deseo y gustos del otro en toda la vida del hogar. Jesús dijo “existe más alegría en dar que en recibir”.
En el andar del matrimonio,  aunque cada uno esté muy atento a descubrir las virtudes del otro, también va descubriendo inevitablemente sus defectos y limitaciones. Ha llegado entonces el momento en que cada uno siente la necesidad de ser aceptado y querido tal como es.
Esto representa una prueba y a la vez también es una de las etapas más interesantes a superar en lo que llamamos la creación constante del amor, que nunca está definitivamente concluido. Se trata de aceptar al otro tal como es, así, sin engaños; y de ser amado tal como es uno es  en la realidad, sin intentar ocultarlo. Esto es amarse de verdad, ya que el amor auténtico siempre es esencialmente gratuito.
La delicadeza es necesaria a la hora de aceptar al otro tal como es, de ser paciente y de perdonarle. Existen aceptaciones que rozan el desprecio, paciencias que resultan paternalistas y perdones condescendientes. La delicadeza lo arregla todo y gracias a ella se puede uno realizar en la alegría de amar y de ser amado. [4]

Acción:
Saber que los miembros de la pareja son  personas diferentes pero que los “une un querer lo mismo”,  saber aceptarse en la diferencia, admirarse y ayudarse a crecer. Dialogar con respeto e inteligencia en la presencia de Dios, no olvidar que Él es el socio principal en ésta  “empresa/institución matrimonio”.

Evaluación:
Lo expresado por el Papa Francisco, en la Exhortación Amoris Laetitia, invita a vivir el matrimonio con el mismo amor, compromiso y entrega que Jesús tiene por su Iglesia.  El amor, disculpa todo, cree todo, espera todo, soporta todo. Ver el rostro de Jesús en la pareja, hace que se pueda encontrar siempre bondad en el otro. Ese amor que se tiene que reflejar es justamente el Amor que Cristo nos ha enseñado y regalado, es la misión de: “Ser uno, como tu Padre en mí y yo en ti somos uno”.

Bibliografía, referencias/ fuentes:
[1] Amoris a (Lc 6,35) b (Jn 15,13)
[2] Battista Borsato. El Amor inteligente en la vida de pareja. Sal Terrae. 2001
[3 y 1] Documentos de los Equipos de Nuestra Señora, Amarse en el Matrimonio y Ayuda Mutua.

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